¡Ojalá fueras mi hermana!

Siempre os hablo de la vida como una suma de momentos, así es como me gusta verla. Y momentos puede haber de muchas clases,  pero sólo unos pocos son únicos, son los Momentos.

Nació en nuestras vidas cuando tenía apenas un año. En un sólo instante aquella bebé vestida con un chándal naranja y con dos horquillas que le sujetaban hacia un lado su largo flequillo, pasó de las manos de su cuidadora a las manos de su madre. Más de dos años habíamos esperado ese instante, pero esperaría una vida por volver a vivirlo.

En aquella sala, llena de bebés, papás y mamás, Juanmi y yo éramos los captores de la instantánea que iba a decidir el antes y el después de sus vidas. Como simples espectadores supimos entonces que nos habían permitido participar en ese encuentro, un Momento único en mi vida.  

Si me preguntáis por mi viaje a China no os podría contar muchas cosas sobre la Ciudad Prohibida, la Gran Muralla o la Plaza de Tian´anmen ...y mira que veintidós días dan para hacer turismo, que lo hicimos, pero en esos momentos te parece más interesante visitar su mirada y observar cómo ella te observa.

Ya en casa, el viaje continúa. Al principio se hace raro no compartir cada instante con ella pero con el tiempo te das cuenta de lo afortunada que eres al poder participar de los momentos importantes de su vida. Pero Juanmi y yo nos mudamos a Granada y la distancia ha hecho que poder estar una tarde con ella se convierta en algo excepcional. Pero, cosas de la vida, una llamada por teléfono, una carta escrita por ella, o una visita inesperada se convierten en Momentos de mi vida.

En su bola interactiva del Mundo sabe perfectamente donde está China, Granada y Mallorca. No entiende por qué no trabajo en Sa Nostra, aquí hay muchas, me dice, pero cuando le digo por qué estoy en Granada, entiende que no quiera dejar al Tío (Juanmi) solo. Siempre me recuerda que se acuerda de cuando vino a vernos a Granada; del colacaito que se tomaba en mi casa, de la bola de nieve que le lancé mientras jugábamos, de lo bien que nos lo pasamos siempre juntas. 


Estas Navidades lo ha vuelto a hacer. Ha conseguido que mi espera en el aeropuerto de Granada para recoger mi maleta y volver sola a casa, se haya convertido en un Momento de mi vida. Me llamó por teléfono: 
-¿Madrina dónde estás?
- En Granada, cariño, esperando que salga mi maleta
- ¿Y estás solita?
- Si, pero sólo unos días
- Mi mamá y yo habríamos ido contigo, ¿por qué no nos lo has dicho?
- Porque vosotras tenéis mucho trabajo con la casa nueva
-Ojalá fuéramos hermanas, así estaríamos siempre juntas
Y yo no fui capaz de decirle nada, porque me dejó totalmente conmocionada. 


Aina cumplió ayer siete años. No pude estar en su fiesta pero sé que ella también recuerda más esos Momentos que hemos vivido juntas porque las dos hacemos que sean inolvidables. 





Jéssica hb