LEER. Se pueden leer muchas cosas. Podemos leer una receta, un prospecto, leemos los anuncios que nos asaltan en la calle y leemos las letras de las canciones que nos gustan. De manera diferente leemos los periódicos y las revistas. Y de manera especial leemos un libro. ¿Están de acuerdo conmigo? Y especial es para cada lector el motivo que le lleva a leer ese libro.
Es especial porque te lo ha regalado tu hermana, o porque, después de leerlo, has hecho un nuevo amigo. Será especial porque formará parte de tu vida, y nunca lo olvidarás. O por lo contrario, desearías no haberlo conocido, no haberlo leído. Y aquí recae la magia de las letras hechas literatura, las únicas a las que llegarás a querer como a un hijo o a odiar como a un enemigo. Porque ni las letras de una receta, ni la publicidad ni las del periódico te abren las ventanas a la vida, a las otras vidas. Porque cuando las lees, te olvidas.
Literatura. Poder elegir lo que queremos ver, lo que queremos saber, lo que queremos leer, a dónde queremos ir. Todo hace que leer un libro no se haga por casualidad, sólo hacer falta que nos llegue a nuestras manos.
Es especial porque te lo ha regalado tu hermana, o porque, después de leerlo, has hecho un nuevo amigo. Será especial porque formará parte de tu vida, y nunca lo olvidarás. O por lo contrario, desearías no haberlo conocido, no haberlo leído. Y aquí recae la magia de las letras hechas literatura, las únicas a las que llegarás a querer como a un hijo o a odiar como a un enemigo. Porque ni las letras de una receta, ni la publicidad ni las del periódico te abren las ventanas a la vida, a las otras vidas. Porque cuando las lees, te olvidas.
Literatura. Poder elegir lo que queremos ver, lo que queremos saber, lo que queremos leer, a dónde queremos ir. Todo hace que leer un libro no se haga por casualidad, sólo hacer falta que nos llegue a nuestras manos.
